Ya es esa hora. Ya es el lugar. Volteo hacia la ventana, un patrón de rayas amarillas se esconde tras ella imposibilitando mi completa percepción del exterior. Adentro se percibe el hablar de un profesor, acompañado de murmuros estudiantiles demostrando así cual es nuestro grado de atención. Una búsqueda inútil, como meta no sucumbir en un profundo sueño, se ha iniciado. Se pasa por todas las páginas que usualmente uno visita. Facebook ha fallado, no se diga Wikipedia ni el infalible (hasta ahora) Google. El hablar del catedrático se ha tornado en una tenue habladuría, imposible de entender, improbable que lo intente. Mi brazo, acompañado de una sudadera parece ser la respuesta. Sigo peleando. Escucho una voz amiga... es momento de nuestro descanso. En un momento he de continuar.
Han pasado una decena de minutos ya. Regreso al salón. Regreso a esta interminable aburrición. Inmediatamente siento al cansancio regresar como una ola impaciente por devorar todo lo que se atreva a plantarse frente. El ya casi susurro, que pretende ofrecer conocimientos, continua sin percatarse o sin importarle que más de uno ha caído rendido ante morfeo. Soy de los pocos que se las han arreglado para no sucumbir, no se por cuanto mas lo pueda lograr. Escribo y escribo, buscando el último aliento que me permita no perecer en un sueño que con cada segundo que pasa al olvido se torna más próximo, más real.
Estas son mis últimas palabras, este es mi último andar. Lo he intentado mas no lo pude lograr. Sin duda alguna esto fue algo, que con capa, escudo y espada no pude derrotar.
Han pasado una decena de minutos ya. Regreso al salón. Regreso a esta interminable aburrición. Inmediatamente siento al cansancio regresar como una ola impaciente por devorar todo lo que se atreva a plantarse frente. El ya casi susurro, que pretende ofrecer conocimientos, continua sin percatarse o sin importarle que más de uno ha caído rendido ante morfeo. Soy de los pocos que se las han arreglado para no sucumbir, no se por cuanto mas lo pueda lograr. Escribo y escribo, buscando el último aliento que me permita no perecer en un sueño que con cada segundo que pasa al olvido se torna más próximo, más real.
Estas son mis últimas palabras, este es mi último andar. Lo he intentado mas no lo pude lograr. Sin duda alguna esto fue algo, que con capa, escudo y espada no pude derrotar.
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