"Pensar, analizar, inventar, no son actos anomalos, son la respiracion normal de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa funcion, atesorar antiguos y ajenos pensamientos, recordar con incredulo estupor que el doctor universalis pensó, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie. Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas y entiendo que en el porvenir lo sera"

noviembre 09, 2009

Egocentrismo narcisista proyectado. Sin sentido…

Egocentrismo es la característica que define a una persona que cree que sus propias opiniones e intereses son más importantes que las de los demás. El narcisismo es una forma patológica extrema en algunos desórdenes de la personalidad en que el paciente sobreestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación. El ego es el organizador consciente de nuestros pensamientos e intuiciones, de nuestros sentimientos y sensaciones, es de ahí donde nace la personalidad.

Introducción sumamente teórica, de diccionario se podría decir. ¿Cuál es mi razón de abrir un nuevo escrito con algo sumamente doctrinal? La respuesta yace en la experiencia, en lo ocurrido. Antes de explayarme necesito aclarar, porque creo que esto lo leerás, que no lo tomo como ofensa, simplemente fue un hecho que me provoco escribir.

He vivido varias etapas al igual que varias personas, creo yo, relativas al ego, al egocentrismo y al narcisismo. He pasado de tener “bajo” el ego a tenerlo crecido. He sido sumamente egocéntrico, al igual que he sido humilde. Llegue a estar enamorado de mí, en una faceta meramente psicológica, como he llegado a estar totalmente disgustado por mí, así mismo de manera psicológica. Se puede decir que he vivido todas las etapas, exceptuando el desprecio total hacia mi persona, no tengo ni he tenido tendencias suicidas, aclaro. Insisto, ¿a que iba todo esto?

Se me presenta un antagonismo de pensamientos. Una discrepancia del ser. Se dice que tenemos que tener el ego elevado, mas no en demasía, para poder salir adelante. Esto pues, el éxito personal depende en gran medida de que tan confiados estemos de nuestras habilidades, de nuestro conocimiento, de nuestra excelsitud. La pregunta que en este caso me viene a la mente es: ¿Cual es el límite adecuado? Estaremos de acuerdo, la mayoría espero, en que conforme vamos sobresaliendo, vamos conquistando diferentes retos, vamos siendo una mejor versión de la que éramos previamente, va aumentando en directa proporción nuestro ego, nuestro enamoramiento hacia nosotros. Al ir acrecentándose este monstruo vamos bregando contra increíbles retos. Si se logra vencer se suma otra conquista, aumentando, de nuevo, a este engendro egomaniaco, pero se nos presenta una nueva opción. Se pierde. Somos derrotados. De estar en la cumbre más alta del amor propio, de esta máxima ego-persona, caemos a dimensiones previamente inexistentes para nosotros. Esta caída no es nada cálida y, tristemente, es exponencial. Una tarea que previamente hubiese sido atacada y vencida con el mínimo esfuerzo, ahora nos derrota asequiblemente. Estamos “en el hoyo”. Se nos presenta una depresión incansable, por depresión me refiero a una baja emocional superficial, confío nadie haya pasado por una depresión real psicológica. Aquí es donde empieza el sabotaje del inconsciente, incrementando el rango con el cual vamos fallando. Para este momento aquel enamoramiento que sentíamos es nulo, inexistente, ha muerto. Destruimos la relación que existe con nuestro ecosistema. Aquellos que nos quieren motivar, son los primeros que marcamos como enemigos y los que nos eran indiferentes, pues para ellos, eso somos, indiferentes. Hemos tocado fondo, pero algo pasa, algo similar al ver un perrito cojeando, ese sentimiento es el que producimos y no me refiero a compasión, porque seamos honestos, odiamos que alguien haga algo por compasión, sin embargo, la gente de nuevo empieza a preocuparse. Nos preguntan que si no tenemos autoestima, que si no existe cariño por nosotros, que nuestras metas han sido eliminadas, etc. Alguien ya se preocupa por ti. Es momento, es ahora. Aquí debemos de comenzar de cero, de iniciar de nuevo el ascenso al ego normal. Al enamorarnos de nuevo de nosotros, de nuestra persona, de ti. Es mas sencillo de remediar de lo que pensábamos, este agujero sin fondo resulta ser tan solo un bache en la oscuridad. Siempre llega la luz, siempre-llega-la-luz. Nuevo problema, mismo problema. Ciclo interminable, creo se entiende a lo que voy.

El detalle infinito, aquel cuestionamiento problemático que debemos descifrar es la manera de lograr que ese ciclo sea no un ciclo, sino una línea. El lograr mantenernos en el centro, en ese confortable todo. No digo que yo he logrado llegar a él, pero sé que se puede llegar, se que quiero llegar, se que puedo. Ahora me encuentro más en el que antes, más cómodo, más. Lo demás se soluciona solo, llega solo. Todo es una ecuación exacta, una igualación a cero, se tiene que balancear. Se aumenta mi felicidad, aumento tú felicidad. Estoy bien conmigo, estoy bien contigo, estamos bien. Me quiero.

Últimamente todo termino regresando al mismo tema. Lo sé. Espero no aburrir, espero no repetir. Quien dijo que somos un ego, un yo, está equivocado. No digo que se debe vivir a través de otra persona, es imposible, se vive solo por ti mismo. Parafraseando un celuloide “todo hombre (raza) es una isla, pero a veces es necesario estar en un archipiélago”

Como dice el titulo, sin sentido, lo sé. Se han vomitado ideas, pensamientos, momentos que han recorrido mi cerebro en esta noche madrugada, se trato de categorizar lo que se pudo.

Soy un ególatra enamorado de la vida, gracias por ser parte de ella.

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